
Mientras empresas de comunicación como Prisa o Vocento ven como sus beneficios disminuyen y tienen que recurrir a despidos masivos, y reestructuraciones internas; los grupos empresariales que crean sus medios al amparo de un grupo político, sobreviven gracias a las subvenciones.
Por otro lado, en un medio como Internet en el que cualquier persona es capaz de montar su propio medio de comunicación o blog; el periodismo profesional y de calidad debe servir como referente y modelo de orientación. Ambos sistemas deben y pueden convivir y ayudarse mutuamente a mantener una calidad informativa libre de monopolios políticos y económicos.
Al igual que están haciendo otras industrias como la del libro o la cinematográfica, el periodismo necesita reinventarse a sí mismo tanto como medio de comunicación, como industria. Los cambios sociales, tecnológicos y económicos están obligando al periodismo a mirarse a sí mismo y reinventarse. Solo hay que esperar, con optimismo, a que de esta crisis salga una industria y una profesión renovada y reforzada dispuesta a seguir luchando por la libertad de expresión.


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